Los Panastàs o "Los que aguanten juntos" se enfrentaron a lo que entonces se conocía como El Consejo en la Primera Guerra de la Unión. En ese entonces, eran soldados profesionales, restos del Gremio Peregrino, los regimientos territoriales, y las fuerzas de seguridad locales. Todos crearon en Unity, que fue su destino llevarles más allá del caos y establecer una utopía duradera. Ganaron y pensaron que Apatèon y sus fuerzas eran rebatidos ya. Pocos años después, volvió y con más fuerza que antes. Lucharon contra él hasta llegar a un punto muerto y pensaron que habían ganado otra vez cuando Apatèon apagó sus defensas y pidió paizo . Por supuesto, en retrospectiva, es fácil decir que deberían haber previsto lo que sucedió a continuación, pero, en el entusiasmo del momento, con la esperanza y el calor del favor de Nike, uno puede ser complaciente.
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Mientras Gabriel conducía una pequeña fuerza a la Antártida para desactivar las baterías láser antiaéreas que estaban más que diezmando la armada Pan en órbita. Sham y Unity abordaron el Iron Word, el buque de mando, junto con una pequeña guardia de honor. Sham apenas escapó vivo de ahí en una lanzadera robada. Los guardias fueron asesinados y de Unity no había ni rastro. Según Sham, ella fue asesinada por la bala de un francotirador y los guardias habían pagado por la fuga de Sham con sus vidas. El mismo escapó para advertir la flota Panastàs; Apatèon había escondido una fuerza de flanqueo en la sombra de Sèlene. Ya estaban lanzando su ataque y menos de la mitad de los Panastàs escaparon con sus vidas.
Una vez que la guerra se ganó por lo tanto, Apatèon comenzó a consolidar su poder, convirtiendo el Consejo en La Unión y se aplico a eliminar cualquier rastro de los Panastàs de la faz de Gaia. No sabía nada de la base subterránea de Sèlene, ni Sham lo sabía. Se ha dicho que Apatèon no pondrá un pie en su superficie, que tiene una fobia religiosa a nuestro satélite. Los enanos también cavaron más profundo bajo la Montaña e hicieron todo lo posible para evitar que Ella fuera descubierta. Fue el principio de un periodo muy oscuro.
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Luego, hace veinte años, un pequeño grupo de guerrilleros bien entrenados comenzó a atacar las cárceles de la Unión y otras instalaciones. Eran como humo; aparecieron, destruyeron, dejaron el apenas de su presencia pero fueron imposibles de parar por la Unión. Llevaban la insignia de Panastàs en sus uniformes de retazos. Se rumoreaba que estaban reclutando nuevamente y algunos prisioneros desaparecían durante sus redadas.
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Se acabó el tiempo de esperar y esconderse. Sargento. Gwydion, el comandante epibatoi de la Base selenar, se puso en contacto con los enanos y comenzó la Operación Dolos, una operación cuidadosamente planeado, cuyos raíces alcanzan la ida del los mismos Kalshodar. Las naves mineras de asteroides capturadas por enanos comenzaron a hacer paradas no programadas en Sèlene, llevando epibatoi, hoplitas, armaduras y armas al superficie. Con mínima resistencia, se apoderaron y fortificaron El Nido del Dragón, la base secreta de Kalshodar bajo Lùndùn, en Bryttan. La misión de reclutar y reunir a los supervivientes de las Guerras de Unión comenzó en serio, con la ayuda inesperada de los Kalshodar; primero un kòs de ellos, casi muertos, aparecían en El Nido de la nada y, una semana después, dos cientos más llegaron de La Montaña; expertos que habían estudiado con los enanos. Juntos, convirtieron el Nido abandonado hace mucho tiempo en una fortaleza. Los relatos varían, pero fue el propio Gwydion o el enigmático Psyber Paxxi quien cambió el nombre del Nido, llamándolo Ked Annwyn, el Santuario de la Muerte.
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Pronto, Gwydion y su muy capaz segundo, el comandante Pericles "Percy" Soong, un ex soldado de la Unión y actual líder del Nuevo Panastàs, se estaban convirtiendo en una espina importante en el pie de Apatèon. Los dos soldados lideran juntos, junto con la mujer conocida como Kat, a quien Soong rescató de la misma cárcel donde el desertó su puesto. Afirma que el renacido Panastàs fue idea suya, ella incluso tenía la insignia de estilo antiguo cosida en su manto hecho jirones.
Lo que empezó con una pequeña fuerza de sabotaje y interferencia estaba convirtiéndose en un ejercito de verdad.