La criatura conocida como Prefecto Alto Apatèon de la Unión, el usurpador efectivo del Empyraen, no siempre se llamaba así.
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Hace tres mil años, Sham, en una cueva bajo los Cárpatos, se topó con la primera Trinidad que había conocido en su ya larga vida; hasta entonces se había considerado el único. Lo que debería haber sido un momento de alegría y celebración para él fue amargado por una cosa.
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No es el sufrimiento y la pérdida de la pequeña banda de Trinidad habían sufrido en huir de sus respectivos hogares, que arruinó el momento sino el líder aparente del grupo.
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Entonces el tenia el nombre de Atara y sospechamos que este tampoco era su verdadero nombre, simplemente una indicación de dónde es. En su accidentada y peligrosa vida, Sham nunca había conocido un miedo como enfrentó en aquel momento, en los ojos muertos de Atara. El hombre era un verdadero vacío emocional.
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Lo que Sham había pensado que era el dolor y el sufrimiento que Atara estaba sintiendo por la pérdida de su familia en ese viaje mortal resultó ser algo mucho más oscuro.
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Atara era, y probablemente sigue siendo, el empático más poderoso que existe. Es tanto un empático de la radio (alguien que puede sintonizar las emociones de quienes lo rodean) como un empático espejo (alguien que puede reflejar tanto sus propias emociones como las de los demás en otras personas cercanas). Esta combinación es sumamente rara en sí mismo. Pero Atara tiene el poder de influir a quien sea en su entorno inmediata, pese de cuantos son; es el único empático de farol en la existencia según sabemos actualmente.
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Pudiera haber hecho grandes cosas en servicio de la raza humana, pero eligió el poder, como suele suceder. Usó sus habilidades para corromper y robar El Consejo de debajo de las narices de Sham y suplantar al Empyraeum con su propia visión de cómo debería ser el mundo.
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Él permanece indiscutido porque, a los cinco minutos de entrar en su presencia, la gente tiende a olvidar lo que era tan malo en el mundo.
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Como siempre, los débiles se sienten atraídos por aquellos que perciben como fuertes y los fuertes buscan formas de parecer aún más fuertes.